Capítulo 71. Confesión.

El teléfono de Lucien comienza a sonar, pero él no parece querer cogerlo; aún me sigue mirando con rabia.

Después de un rato sonando, saca el teléfono de su bolsillo y responde de manera seca. Escucha durante unos segundos hasta que cuelga y se guarda el móvil de nuevo en el bolsillo.

—No he terminado de hablar, Emilia. Espero que te comportes. Ahora tengo que salir.

Ni siquiera le respondo. A veces creo que solo fui un capricho para él. Era el caramelo de otro y solo me quería porque otro lo hacía. Aunque fuera de una manera retorcida. Sé que Sauna no pensará lo mismo que yo. Y quizás tenga razón, pero es que estoy tan cansada de todo.

Apago la luz y me meto en la cama. Espero que Nana no vuelva esta noche; de verdad que no tengo ninguna gana de volver a tenerla aquí conmigo.

…

Han pasado dos días desde la discusión con Lucien. Nana ha estado presente, pero se ha relajado. Sé que es una treta, pero al menos no intenta imponerse.

He hablado con Rosa y me ha di