***NARRA NICK***
Monterrey, Nuevo León
Boris, había jugado bien sus cartas, según él, pero a mí, no me iba a engañar; por eso el extorsionador iba a salir extorsionado, pues no había que subestimar al enemigo, le iba a jugar con las misma partida, en nadie se tenía que confiar al cien por ciento y el redondito cayó en su propia jugada.
Pero como dice el dicho, a todo pavo le llega su navidad y él estaba a punto de ver la verdadera cara de una mente maestra, ese hombre no me llegaba ni a los talones, era un novato, él pensaba que se iba a librar fácilmente de mí y se había confiado, me había dejado entrar en su juego.
–Lo bueno es que te arrepientes de todo, Nick, eso es un punto a tu favor, porque si no te arrepintieras de lo que hiciste, la justicia iba a caer sin piedad sobre ti y te pueden condenar a la pena máxima por eso.
Yo no iba a caer tan fácilmente, de algún modo me hubiera proclamado inocente, no sé, algo que me librara de cumplir todos los años que me pudieran imputar, no