—Sienna, iré a almorzar; nos vemos en una hora— me informa Raúl asomándose a mi oficina.
—Perfecto, le veo más tarde— me limito a responder y sólo le observo marcharse.
Llevo gran parte de la mañana pensando en este momento. Necesito entrar a su oficina, y comenzar a indagar entre sus cosas para así poder intentar encontrar pistas.
Espero unos diez minutos y me levanto de mi silla, voy hacia la puerta que conecta con su oficin