39.
Luis se va un poco de mala gana, tirando sus guantes antes de irse, pero sabe que le hará bien unos minutos para él mismo.
Su mente pensaba, ’Esposa, esposa… te quedarás en bancarrota Luisito.’, entonces de qué sirve tener una mujer si se va a gastar hasta el último centavo? Pero, que el dinero no es para gastarlo, de qué sirve tener tanto sin usarlo. Quién entiende a estos hombres.
Mientras espera las bebidas, se para frente a la ventana de vidrio con vista a los jardines y un poco a la piscina, respira un par de veces para calmar su mente de todo lo que acaba de estar discutiendo con sus amigos.
En ese momento ve a una preciosa mujer, “wow.”
Se cubre la boca, intentando contener sus emociones. Cada segundo que pasa, se fija más y más en lo cautivadora que es esta mujer, comienza a morder sus dedos para calmarse un poco, pero, “Dios, si esta es tu señal, acepto.”
En ese momento corre hacia sus amigos, necesita saber si fue una ilusión o la realidad.
Le dice a Mariano, “pellízcame…”
“¿