El día siguiente Matilda se desconecta del trabajo y se dedica a sus cosas y las lecturas que le dejó Mariano.

Con eso logra despejar su mente, mientras lee se coloca el gel que le dejó y siente una ligera mejora.

Al medio día Margot llega con Josué y entran tranquilamente, “Amiga, no te avise que veníamos pero hemos traído comida y mira a quien traje…”

Josué le dice, “Además comes muy insípido.”

Matilda se ríe, “Josh!

No molestes, sigo casi enferma.”

“¿A poco estás así de flaca en solo 3 días?”

“Pues no, he comido bien todas mis comidas…”

“Ay Mati siempre es así. Cada que se pone mal, aunque sea por un segundo, baja al menos 3 libras. Ya quisiera yo eso.”

Matilda los ignora y dice, “Vengan, justo estoy por comer…”

Josué la abraza y dice, “Te he traído un regalo.” Le entrega una bolsa naranja, grande.

“No tenías porqué.” Y deja la bolsa a un lado al abrazar a Josué.

“Vamos nena, ábrela.”

Matilda la abre con emoción y se queda sorprendida, “¡LAS AMO!”

“Lo sé, ya dentro de nada las puede