Salimos del bar y apenas cruzamos el portal, él me sujeta del brazo y sigue caminando. —¡¿Qué haces?! Suéltame.— Le pido, pero ignora lo que le digo y sigue haciendo que caminemos hasta llegar a la esquina y doblar en un pequeño callejón.
—¡¿Qué crees que estás haciendo?!— Exclamo al notar que me sujeta de los brazos y hace que apoye mi espalda sobre la pared.
—Eso mismo te pregunto a ti ¿Qué haces bailando con ese tipo de esa manera? ¿No te das cuenta de que eres una mujer embarazada? ¿De que alguien te puede fotografiar y puedes salir en las noticias?— Me pregunta sin soltarme y mirándome a los ojos con enfado.
—¡Que yo sepa el doctor no me ha dicho que no pueda bailar! Y por mi carrera, no te preocupes — Replico casi gritándole.
—Es que tu no estabas bailando. Esta