—¡Gael! ¡Deja de tomarte el vino! —le gritó Sky, en cuanto lo vio llevar la botella del vino de cidra a sus labios.
Últimamente nuestra amiga Sky estaba siendo controlada por un carácter de los mil demonios; pero todos la comprendíamos, cargar un bulto como el que llevaba, no debía ser nada fácil.
Y pensar que aún le hacía falta dos meses.
—Es para entrar en calor —dijo casualmente—. Además, deberías de no quejarte; de todas maneras tú no puedes tomar licor.
Sky puso los ojos en blanco, a la vez que le arrebata la botella y se la entregaba a Caleb.
Me detuve apoyándome en la puerta de la cocina, sosteniendo la bandeja de galletas recién horneadas en mis manos, mientras observaba a todo mi grupo de amigos, más Adam, decorar el árbol de navidad. Me eché a reír al ver a Alonso ponerse un cordón de luces como bufanda y simular que estaba en una pasarela.
—¡Alonso! —Gritó Dee, esta v