— ¿Jacobs? — pregunta Alex en cuanto llego junto a él, Jacob, mi primo (aunque técnicamente era primo de los quintillizos) me mira divertido

— esto va a ser divertido — sentencia, pero me limito a poner los ojos en blancos antes de girarme hacia Alex

— ¿Cuándo empiezan las pruebas para el equipo de futbol? — pregunto ignorando sus miradas divertidas. Alex había sido mi amigo durante los últimos seis años, aunque no éramos realmente cercanos hasta hace poco, pasábamos bastante tiempo juntos como para considerarnos amigos.

— ¿te presentarás? — pregunta Alex luciendo divertido — ¿tú?

— Vale la pena intentar — digo encogiéndome de hombros, Jacob sacude la cabeza con diversión — ¿alguna fiesta esta noche? — pregunto, intentando se el de siempre, fingir despreocupación era más sencillo

— lo usual, Sidney Howkins hará una fiesta, pero no pienso conducir todo el camino hasta Brookling esta noche — responde Alex —Y estoy castigado

— ¿Te quitaron el coche? — pregunta Jacob, el pelirrojo me miraba con diversión. Teniamos un acuerdo tácito de no decir a nadie que eramos familia o en casa, admitir que eramos amigos, pero el chico sabía muchas cosas de mi

— No, estoy cuidando a mi hermana en su primera pijamada hoy — responde gruñendo — y discutí con Allyson

— ¿otra vez? — pregunto, Alysson era su "novia" desde hace más de un año, y permanecían en constantes discuciones

— Seh...lo que me recuerda — Alex me mira con las cejas levantadas — Julie Jacobs ¿algo que decir?

— Nada que te importe — me mofo, en ese instante suena el timbre, tengo algebra con Jacob, así que caminamos juntos por el pasillo hacia el aula — ¿le dijiste? — pregunto una vez que Alex está lejos de nuestro alcance

— No, pero deberías decirle...es tu amigo ¿no? — responde el pelirrojo, era uno de los pocos varones hijos de los hermanos de Natasha.

— No lo sé — admito, ppr un segundo, dudo sobre decirle la verdad o no, nunca me he interesado lo suficiente en las personas como para considerarlas mis amigos, para mi eran meros conocidos, probablemente no volvería a verlos luego del instituto, así que, recordando la oferta de Julie, confieso — lo intenté otra vez, anoche — admito

— ¿Qué?!— pregunta deteniendose y luciendo alterado, buscando marcas evidentes — Matt...

— Tranquilo, Carrot entró a la habitación y me arrepentí — digo apartando la mirada, aunque sorprendido al sentir verguenza.

Aparto mi banda elastica de la muñeca y le enseño la marca nueva por encima de la cicatriz, fue más corta y sencilla, a penas y sangré, pero definitivamente lloré.

Mi hermano supo alegrarme el día. A veces podías olvidar que eran niños pequeños, acaban de cumplir los nueve años, poco antes de la muerte de papá de hecho, el niño me había pedido ayuda con su tarea de español, ya que solo hablan ruso e inglés (aunque conocen buenos insultos en alemán) se le dificiltaba

— ¿que se supone que debo escribir? — me había preguntado, su rostro pecoso congestionado por el sueño me había parecido adorable. Y me teajo buenoa recuerdos, papá y yo habiamos trabajado toda la noche en un sistema solar a escala...hasta que llegó Natasha y "accidentalmente" pisó el sol de papel maché que con tanto esfuerzo había pintado.

Los pelirrojos eran de mala suerte, la prueba latente era el mismo Jacob, le chico no podía estar de pie sin que algo sicediera.

— Matt, no puedes seguir así...le diré a.…— dice ahora, y yo lo silencio con la mirada

— Ni una palabra a Natasha — me quejo — no necesito estar intentando en el maldito hospital...quiero integrarme

— ¿tu? — dice con mofa, llegamos al aula unos minutos tarde, pero no somos los ultimos, aún falta cerca de la mitad de estudiantes — eso quiero verlo

— Ya soy popular — empiezo, sentandome en la parte delantera, cerca de la ventana — ¿que tan dificil puede ser?

— ajá — se mofa Jacob, cuando se sienta en la silla, esta practicamente se desarma y lo arroja al suelo, donde se golpea el codo con fuerza — Oh! M****a

— No sé como demonios sigues vivo — murmuro ayudandolo a levantarse, hay risas alrededor, pero no nos señalan, nadie nunca lo hace a menos que sea para decir algo bueno. Idiotas.

— Ni yo — se queja — debería cambiar mi apellido a Murphy

— deberias teñirte — señalo, él pone los ojos en blanco

— el mundo no conspira contra mi porque sea pelirrojo — se queja, pasandose una mano por el cabello, que usaba lo suficientemente largo como para usar coleta (era para molestar a su padre)

— Es una ley natural — me defiendo — ustedes son de mala suerte, mira a los quintillizos...eso debe ser como una concentración monumental de la mala suerte — me quejo, haciendolo reír

— Estoy bastante seguro de que ellos hacen que los desastres sucedan solo por diversión — apunta, sacando una libreta de su mochicla — tenemos familia Irlandeza, eso debe anular la mala suerte ¿no?

— ¿realmente vamos a discutirlo? — me burlo, y ambos reimos, lo que me da una sensación agradable.

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El resto del día pasa bastante tranquilo, todos están emocionados por el regreso a clases y el baile de bienvenida en una semana, aunque yo estoy más que sorprendido cuando todos me saludan, sonrien, comentan y son demasiado agradables para mi gusto.

— Matt! — me giro al escuchar la voz de Sidney, es hora del almuerzo y le mandé un texto a Julie esperando que comieramos juntos. Sidney es una chica linda pero demasiado engreída, es decir, yo soy odioso y todo el asunto, pero nunca restregaba mi dinero en el rostro de alguien más a menos que estuviera haciendo una broma

— Sidney — la saludo, ella es rubia teñida, sus ojos son de un gris claro que le daba el aspecto de ser ciega si la mirabas bajo la luz incorrecta

— ¿irás a mi fiesta esta noche? — pregunta, tendiendome una volante de colores — puedes llevar a alguien,

— seguro — digo encogiendome de hombros, una fiesta sería un buen lugar para practicar el asunto de "socializar" por muy tedioso que pareciera.

— perfecto — dice ella sonriendo, su sonrisa es demasiado blanca, y tiene puesto un conjunto de mi madrina Helena LaFonte, era diseñadora y todo el mundi conocía su nombre, pero por alguna razón, en hecho de que Sidney la use con tanta pedrería y brillo me incomoda por completo — le diré a todos que vas a ir

— bien — digo antes de encaminarme a la cafetería.

Julie está sentada con un montón de chicas, todas rien y charlan alegremente mientras comen su almuerzo. Quiero acercarme, pero me siento fuera de lugar, una cosa es actuar prepotente en casa y otra fuera, quería ser agradable para ella, pero...no sé como

— Jacobs — digo, simplemente llegando a la mesa, ella me mira con sorpresa

— Matthew — me sonrie, todas las chicas me están mirando ahora y no encuentro más alternativa que dejarme llevar, así que me dejo caer junto a ella

— señoritas — saludo, sonriendo y guiñandoles un ojo, obteniendo un par de sonrojos y risas tontas...no puedo creer que de hecho estaba funcionando.

— creí que ya no vendrías — dicd Julie dando un mordisco a su emparedado

— me distraje — me limito a decir, miro a sus amigos y decido que bien podría convertirlos en los míos — ¿tienen clases luego del almuerzo?

— Yo tengo Literatura — se queja una chica menuda y de cabello negro recortado hasta las orejas

— Y yo de quimica — responde otra, tiene cabello rubio atado en una cola de caballo, en la mesa frente a ella un cuaderno lleno de apuntes

— ¿quieren ir a comer en el centro comercial? — pregunto, selalando a Jacob y Alex, unas mesas más lejos — mis amigos y yo solemos salir para no tragar esta porquería

—! yo me apunto! — suelta la amiga de Julie que nos abordó más temprano, no recuerdo su nombre, pero sé que es latina

— yo igual — dice Julie, encogiendose de hombros — bueno, al menos la parte de ir al centro comercial — se queja — necesito un trabajo de medio tiempo

— ¿entonces nos vamos? — pregunto levantandome, sonriendo cuando los demás se ponen de pie, menos las chicas que tenían clases, la rubia me da una mirada de desaprobación, pero la ignoro.

— Matt — me llama Alex con una ceja levantada — ¿vienen con nosotros?

— Yo puedo llevar a las chicas — dice un chico que no conozco, Jules pone los ojos en blanco

— tu solo quieres llevar a Rebeca — se mofa antes de mirarme — supongo que yo voy contigo

—¿alguna queja? — pregunto, nervioso, en especial cuando parece pensarlo

— No, en lo absoluto.