Cap. 41: En supuesto peligro.
Al día siguiente, Juliana se levantó con una sensación de angustia que no podía sacudirse. Necesitaba hablar con sus padres y contarles sobre la propuesta de Bruno. Dejó a Alfredo dormido y se dirigió a la sala del hotel donde se hospedaba su familia, y los encontró tomando café, con expresiones de preocupación en sus rostros.
—Mamá, papá, necesito hablar con ustedes —avisó Juliana.
Malú y Abel intercambiaron miradas antes de que Malú asintiera y señalara a una silla cercana.
—Claro, hija. Cuéntanos, ¿qué pasa? —preguntó Abel, la observó con ternura.
Juliana tomó asiento y respiró hondo antes de comenzar.
—Bruno me pidió que me case con él. Dijo que no le queda mucho tiempo y que ese es su último deseo —balbuceó.
Malú y Abel se miraron sorprendidos, procesando la noticia.
—Juliana, no puedes casarte con alguien por lástima —habló Abel con firmeza—. Sabemos que amas a Alfredo. Esto es una situación muy complicada, pero no puedes sacrificar tu felicidad así.
Malú asintió, su expresión