POV MIA
—Gracias por traerme de vuelta —le respondí, poniéndome de puntillas para besarlo.
Después de eso recibió una llamada, se disculpó y fue atenderla, mientras yo fui hasta la cocina y decidí que haría la cena para nosotros.
Mientras Sebastiano hablaba por teléfono en su despacho, yo me dirigí a la cocina, un espacio amplio y moderno que siempre había admirado por su simplicidad y elegancia. Aunque todo parecía demasiado perfecto, casi como si nadie lo usara, había algo reconfortante en estar allí, tocando los utensilios y los ingredientes, como si pudiera transformar este lugar en un hogar real.
Abrí el frigorífico, encontrándome con una selección impecable de alimentos frescos, cortes de carne perfectamente empaquetados y un surtido de verduras que lucían recién cosechadas. Me decidí por algo sencillo pero especial: un risotto de hongos, una receta que mi madre me había enseñado y que siempre lograba reconfortarme. Quería que Sebastiano sintiera un poco de esa calidez que yo as