Nos sentamos en el comedor para seis personas y la señora empieza a explicarle las cláusulas de la compra, Nikolai solo lee el contrato como si no le pusiera mucha atención a las explicaciones de la vendedora.
—¿A nombre de quien quedan las escrituras?— pregunta la señora mientras llena unos formatos. Yo me quedo simplemente viendo todo a mí alrededor, tratando de hacerme a la idea de que en un par de días tendré que mudarme y no sé cómo se lo voy a explicar a mis padres.
—A nombre de la señorita Samantha Maxis— la respuesta de Nikolai me toma por sorpresa, volteo a verlo con los ojos bien abiertos, pero él ni siquiera voltea.
—Samantha Maxis… — repite la vendedora mientras apunta el nombre en los papeles, después levanta la mirada hacia mí con tranquilidad —¿Tendrá alg