Capítulo 39; Amenazas.
Lara, se decidió a limpiar y cambiar de lugar algunas cosas, era medio día cuando llamaron a su puerta, resultó ser Gael, quién le decía que debían hablar pero ella le pidió que se marchara sin abrir la puerta, al día siguiente llamó muy temprano, invitándola a correr juntos, ella se negó sin abrirle la puerta. Por la tarde salió a hacer algunas compras, merendó un poco de cereal.
Su teléfono timbró y corrió a atenderlo, era Giovanni.
-Hola- dijo dudando, la última vez había llamado Alonso, quizás fuese él de nuevo.
-Mi dulce y amada Lara, que alegría escuchar tu voz- el tono afectuoso de él generó que una ola de vergüenzala recorriera y agradeció que no estuviese para verla.
-¡Oh Giovanni, al fin!- le dijo a modo de reproche.
-Lo siento tanto, querida, han sido días duros, he estado muy ocupado- se excusó.
-Tan ocupado como para llamarme, yo. . . te he extrañado mucho, mi amor.
-Lo siento, lo siento cariño, discúlpame.
-¡Oh, Gio!
-Pero tengo buenas noticias, mañana podré volver, muero