Enamorada del Mafioso.
Enamorada del Mafioso.
Por: J.C.Castro
Capítulo 1; Una vida de dolor y miseria.

Miranda, llegó bien entrada la madrugada, estaba agotada y se sentía desmoralizada, no había sido una buena noche, y su padre no estaría nada feliz, suspiró con pesar, al menos podría descansar un poco antes de tener que enfrentar a su madre.

¡Que vida más miserable!

Tanto trabajar. . . de aquella manera e igualmente no tenía nada, ni un solo centavo. A sus veinticuatro años, se sentía con mucha más edad, agotada, cansada, con tantos sueños frustrados, tantos anhelos buenos deseos, que jamás cumpliría, porque estaba convencida de que llevaría es miseria por siempre. Si no fuese por Lara, si no tuviese a cargo su pequeña hermana. . . acabaría con todo, pero no podía despedirse del mundo dejando a su hermana a merced de sus padres.

Se sacó los altos tacones, y caminó descalza por la casa hasta la habitación de fondo, era la suya, igual que la de Lara, era una habitación diminuta, sin gran espacio, y ninguna ventana, evitaba pensar en ello, no quería un ataque de ansiedad por sentirse asfixiada. Entró y se arrojó a la cama, dejándose caer con un pesado suspiró. Pocos minutos pasaron cuándo la puerta de la habitación se abrió. Miranda, se sentó de golpe y con mirada fija y llena de terror contempló a su padre.

-Estabas demorando- dijo enojado.

-Lo siento, padre -retorció sus manos nerviosas- no fue una buena noche.

-¿Estás tratando de decirme que no tienes mi dinero?- dijo con tono amenazante y luego se acercó a la cama mirándola con desprecio.

-Si, he traído dinero, padre - extendió la mano, tomando la bolsa, sacó todo el dinero y se lo tendió- aquí tiene.

-¿Es todo?- preguntó enojado.

-Si. . . si, padre. Es todo, le he dicho que no ha sido una buena noche.

-¿QUÉ ES ESTO?- con violencia le arrebato la bolsa de la mano para hurgar en ella, frustrado al no encontrar más la arrojó al suelo- ¿ME CREES IDIOTA?, ¿ME DIRÁS QUE ESTO ES LO ÚNICO QUE CONSEGUISTE? ¡NO SOY ESTÚPIDO!- gritó furioso- ¡DAME MI DINERO MIRANDA, M*****A SEA, DAME MI DINERO!

-NO TENGO MÁS, LO JURO- gritaba ella angustiada, su padre elevó la mano descargando la con fuerza contra su mejilla, Miranda gimió- adolorida cuándo la cama la recibió, inmediatamente sintió el sabor metálico inundando su boca, elevó sus ojos llenos de lágrimas, los golpes no eran nada nuevo, pero igualmente le dolían.

Lara, despertó asustada por los gritos, abrió sus hermosos ojos en medio de la oscuridad. ¿Qué estaba ocurriendo? Fue lo primero que pensó, los gritos venían de la habitación de su hermana, seguramente su padre la golpeaba nuevamente, sin poder contener el impulso, saltó de la cama y descalza como estaba corrió a la habitación de Miranda.

Al llegar, la puerta estaba abierta, y su hermana estaba sobre la cama, cubriendo su rostro, apartó y la mano y un hilo de sangre bajo de su labio inferior. Lara, abrió los ojos enormes, allí estaba su padre, de pie junto a la cama de su hermana mayor, con rostro enfurecido.

-¿Qué. . . qué sucede?- preguntó débilmente.

-Nada, no ocurre nada, Lara- le dijo su hermana- todo está bien, cariño, vuelve a tu habitación, por favor- le dijo Miranda con voz temblorosa.

-LO QUE SUCEDE NO ES ASUNTO TUYO, O SI QUE LO ES, DEBERÁS SALIR A TRABAJAR TAMBIÉN, ÉSTA CASA NO SE MANTIENE SOLA- Lara, lo miró estupefacta por todo el desprecio en su voz.

-Lara no puede trabajar, ella debe estudiar.- interfirio Miranda.

-¡TÚ CÁLLATE!- la miró furioso.

-No hay problema, padre, yo puedo salir a trabajar pero. . .no es necesario que golpees más a Miranda, por favor.

-YO PUEDO HACER CON MI HIJA, LO QUE SE ME DÉ LA GANA, Y NI TÚ, NI NADIE PUEDE JUZGARME. ¡ES MI HIJA!- Gritó enojado.

-Usted la está golpeando, padre, va a matarla- le dijo con los ojos llenos de lágrimas.

-¿Y ESO QUÉ?-caminó hasta ella y la miró desde su imponente altura, Lara, se sintió pequeña, diminuta, insignificante e intimidada.

-Padre. . . yo. . . - Miranda, corrió y se interpuso entre ellos, tirando de Lara y ubicandola detrás de ella, para protegerla con su cuerpo, sirviendo como escudo.

-Lara, no tiene nada que ver en esto, padre- dijo ella de forma protectora.

-Por supuesto que sí, es otra que está en mi casa viviendo y comiendo de a gratis, que salga a trabajar. ¡Tu madre es una idiota, está criando una inútil!- Lara, abrió sus ojos enormes, tanto por las palabras como la ofensa.

-Padre, no le permito. . . -quiso decir, saliendo detrás de la protección de su hermana mayor.

-TU A MI, ME PERMITES LO QUE SE ME VENGA EN GANA.- Las miró con odio- PONTE A TRABAJAR, O VOY A MOLERLA  A PALOS A LAS DOS. ¡ESTÁ MISERIA NO ALCANZA PARA NADA, MIRANDA!.

-Lo siento, padre - se disculpó queriendo llorar- mañana traeré más, lo prometo - su padre no dijo nada, miró a la una, luego a la otra y girándose se marchó.

-Desde mañana saldré a buscar empleo- secó sus lágrimas- entre las dos será más fácil.

-Conseguir trabajo aquí no es fácil Lara, si no tienes experiencia, no te tomarán en serio, además, quisiera que pudieras estudiar, quisiera que tuvieras un futuro mucho mejor que el mio.

-Hemos luchado Miranda, pero ambas sabemos que es imposible- dijo con dolor- no lograré estudiar, así como tú tampoco lo hiciste.

-Trabajar no es fácil, Lara, entiéndelo- dijo limpiando la sangre de la comisura de su boca.

-Eso no es problema, yo aprendo muy rápido, seguramente lograré conseguir un empleo que ayude a qué padre esté contento y dejé de golpearnos- Miranda, suspiró y negó.

-Sin experiencia, lo que te pagarán no alcanzará para nada- la abrazó - me esforzaré más en el trabajo, lo prometo.

-Pero no es justo que lo hagas tú sola, Miranda, ya soy mayor de edad, puedo ayudarte, es justo que lo haga, quizás hasta pueda comenzar a guardar algo a escondidas.

-¡No!- dijo asustada- recuerda lo que sucedió cuando lo intenté, padre casi me mata a golpes, no podemos esconder dinero, Lara, si se da cuenta estaremos perdidas.

-Pero no es justo, Miranda- lloró - no es justo que se quede con todo, que no compre buena comida, que se gasten todo tu dinero entre él y madre, no hacen más que alimentar sus vicios con tu dinero.

-Lo sé, pero te prometo que algún día podremos escapar de esto, cariño- sus ojos se cristalizaron- solo debo encontrar la manera de lograrlo. Un trabajo, no creo que nos ayude mucho para cubrir el deseo de ellos.

-No importa, quizás pueda encontrar dos trabajos de medio tiempo- tocó la mejilla de su hermana- no quiero que él vuelva a golpearte, ni a mí tampoco.

-Lara, querida, no tienes ni idea- la miró con miedo- traigo grandes sumas de dinero, cifras enormes y aún así no es suficiente.- dijo con dolor.

-Quizás, puedas llevarme a trabajar contigo- le dedicó una media sonrisa- ambas podríamos traer las mismas cifras y así tranquilizarlo.

-No, Lara, lo último que quiero es que tú te involucres en mi mundo. Tú eres mejor que eso, quiero mantenerte lejos, lejos de mi trabajo.

-¿Por qué?, ¿A qué te refieres?- le preguntó frunciendo el ceño.

-Mi trabajo no es decente Lara, yo. . . trabajo vendiendo mi cuerpo- dijo avergonzada y ella abrió los ojos enormes ante esa confesión.

-¿Qué?- preguntó con voz ahogada y ojos llenos de dolor, no sabía cuánto ganaba su hermana, pero sabía que era mucho, ahora descubrir que ella. . . era demasiado doloroso.

-Sé que no es fácil de entender cariño- dijo con dolor- y no es algo de lo que me sienta orgullosa, pero fue la única manera que encontré.

-Pero. . .¿ por qué?- gimió.

-Porque no conseguí ningún trabajo con el cuál pudiese satisfacer las exigencias de nuestros padres- bajó la mirada- los trabajos normales no le daban ni para cubrir los gastos de la casa, y ellos seguían exigiéndome cada vez más y más, para sus vicios, más golpes, más dolor, más angustia, me fueron cercando, Lara, no tuve más opción, o al menos no encontré ninguna otra- dijo en un susurro.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo