Enamorada de un misógino (libro 1)
Enamorada de un misógino (libro 1)
Por: Justa Margarita
1. Universidad

 En realidad era especial, todos lo consideraban así, tanto su familia como todos los que habían tenido la oportunidad de conocerlo; no hacía falta formar parte de su vida para darse cuenta de lo diferente que era en comparación con los demás, todos lo creían excepto…él, el chico indiferente, incapaz de amar e incapaz de abrirle el corazón a alguien, el chico que evitaba tener algún tipo de contacto o conversación con alguna mujer, no es que no quisiera, era su naturaleza y se sabe que no es nada fácil alterar lo natural y a veces es incluso imposible.

 Hoy comenzaría de nuevo con su trabajo, era especialista en criminología y había conseguido otro puesto en la facultad de derecho. Después de haberse cambiado y recogido sus cosas, entró en su auto a esperar. Minutos más tarde llegó Nicolás a toda prisa y se sentó en el asiento del copiloto.

 —¿Te he hecho esperar mucho? —preguntó este con una sonrisa.

—Todavía tenemos tiempo.

Puso el auto en marcha y primero lo dejó en su escuela.

—¿Vengo a recogerte?

—No es necesario, es primer día de clase por lo que he de hacer amigos.

—De acuerdo, estudia mucho.

Literalmente cuando dices algo para animarle al otro, has de sonreír.

—Ya lo has dicho—fingió una sonrisa y después—baja de mi coche.

—Damas y caballeros, este es mi hermano divertido—Daniel puso los ojos en blanco, su hermano sonrió divertido y salió del coche cerrando tras si la puerta.

A toda velocidad, Daniel se dirigió a la universidad, era lunes y tenía que impartir en la primera hora; iba a tener nuevos estudiantes de segundo año en Márquetin.

                         ***********

 

Sídney, la chica guapa, inteligente, simpática cuando podía, pero también era la chica rara con problemas que nadie más que ella sabía que tenía. Se había separado con la única amiga que había tenido el año pasado cuando ésta había sido matriculada por sus padres adinerados en una de las mejores universidades del país, desde ese tiempo hasta ahora no le había sido fácil confiar en otra persona, aunque en realidad no tenía a nadie más y muy pocas veces podían comunicarse por medio de móviles.

 Últimamente estaba más rara de lo acostumbrado según sus compañeros, se veía triste y preocupada, por lo visto sus problemas no acababan nunca.

Iba a comenzar su segundo año de Márquetin. Después de haberse dado una ducha, se puso unos vaqueros, una camiseta azul y unas zapatillas blancas, se peinó y salió de la casa, sabía que su madre no se encontraba en casa, era enfermera y estaba de guardia, pero… ¿y su padre? Probablemente en un lugar no adecuado como siempre.

Llegó en la universidad y entró en la sala, se sentó en la antepenúltima fila, había demasiados estudiantes por lo que procuraría pasar desapercibida. Su móvil vibró y lo abrió, era su madre, le había escrito, estaba preocupada porque estaba llegando en la casa y no encontraba a su padre por ningún lado; ella suspiró, no le extrañaba para nada.

—Allí llega el nuevo profesor—oyó que decía una que se sentaba al otro lado de ella.

—¡Dios, de donde han sacado ese bombón!

Instintivamente ella miró hacia la pizarra donde miraban ellas y por primera vez sintió que tenían razón, en verdad era perfecto. Todas las miradas estaban sobre él, parecía sacado de una revista o mejor aún, parecía el príncipe de los príncipes azules en persona; sus compañeras no paraban de cuchichear mientras lo miraban embobadas, se lo comían con los ojos, pero él parecía no darse cuenta o mejor no querer darse cuenta. A parte de ser perfecto y que pareciera amable, era bastante serio.

Sídney apartó la vista de él, le molestaba que se sintiera atraída por él o es lo que pensaba, nunca antes le había pasado algo así. No tenía tiempo de tener amores platónicos después de todo lo que le pasaba, por lo que esta no iba ser una excepción.

El nuevo profesor se estaba presentando, se llamaba Daniel Smith y…tenía una voz encantadora y convincente, eso se pudo notar cuando comenzó con la clase y se ponía explicar, todos estaban atentos y no parecía haber abusadores en la sala, parecían hipnotizados y nadie decía ni hacia ruido, resultaba bastante raro.

Acabaron sus clases y aunque habían pasado dos horas, a todos les hubiera encantado que continuara, pero tenía que marcharse.

—Creo que te han adelantado—de nuevo oyó que hablaban.

—¿Será Cerda?

No pudo evitar a mirar a lo que se referían, mientras el nuevo profesor estaba recogiendo sus cosas para marcharse, la tal Ailin se encontraba delante de él ¿coqueteando? Vaya, no había perdido su tiempo la pelirrubia.

A pesar de ser bonita, para sorpresa de los pocos que miraban la escena, el profe no la hacía caso, pero una vez que decidió mirarla, le fulmino con la mirada ¿se había enojado? Ni la misma Ailin podía creerse lo que pasaba, resultaba ser intimidante. Lentamente se alejó de él con una sonrisa avergonzada y regresó a su asiento donde sus amigas se reían de ella. Daniel se había marchado, y a Sofía le pareció raro lo que había visto, ¿será verdad que ese tipo había salido de un cuento de hadas y no sabía cómo se les trataba a las princesas modernas? O quizás era un extraterrestre que procuraba llevarse bien con los humanos, si era así pues no lo estaba consiguiendo. De nuevo Sídney tuvo que apartar esos pensamientos de ella, seguramente todo tenía un motivo y de lo único que tenía que tratar ella era de buscar arreglar su propio mundo que sí era una pesadilla total. 

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