MAFIA ITALIANA.
Un día antes de la graduación.
FREUD D'ALESSI.
—¿Señor D' Alessi?, ¿escuchó lo que le comenté? —. Pregunta no sé quién, frente a mí.
Suspiro, aguantándome las ganas de pegarle un tiro por tanta habladera sin importancia.
Dirijo mi mirada a mi derecha, donde se encuentra mi consejero. Todos los presentes en la reunión dirigen su mirada a mí y yo asiento para ver si de una vez se calla.
—Mark, ¿Quién era este y por qué es que no le puedo pegar un tiro? —Le hablo al oído, refiriéndome al hombre que tengo al frente.
—Es la pantalla de nuestras empresas menos importantes, señor. Y no lo puede matar debido al contrato que ustedes han firmado.
¿Contrato? Yo no me acuerdo de ningún contrato y su presencia es verdaderamente molesta.
—Pues yo no me acuerdo de ningún