__ Tu comida. - dijo Yuri al abrir la puerta de la celda donde Sara se encontraba.
Esta la vió sobre su hombro y no quiso hablar. No se desconcentraría por ella. No lo valía.
__ Aplicar la ley del hielo aquí no te sirve de nada. - le volvió a hablar la asiática. - No demuestras nada con eso. No nos importa.
__ A tí al parecer sí. - dijo Sara. - Si no, no insistieras tanto en que te dirija la palabra.
__ En realidad no me importa, pero es interesante como te haces la dura cuando solo eres una asustadiza persona que quiere esconderlo. - se burló plantandose a su lado.
Dos golpes se oyeron en el fondo, Sara solo vio el sitio y volvió su vista al frente.
__ ¿Porqué tanta tranquilidad? - preguntó Yuri, tenía días observándola, notando que en lugar de ser la que peleara por todo, ella solamente volvió más calmada, como si entendiera o supiera que siempre tenía las de ganar.
__ Porque no tiene caso pelear aquí. - contestó Sara.
__ No, reconozco cuando alguien se da por vencido, y tú, n