__ No quiero ver a esa mujer aquí de nuevo. - Sara fue directa con lo que quería, soltando del brazo de su esposo en cuanto llegaron al despacho. - Me molesta su actitud de querer ser la dueña de aquí. Su descaro por verse como alguien importante en tú vida y la forma en como cree...
__ No volverá. Ya lo dispuse. - alegó Leonardo al verla molesta.
__ ¡Te estaba besando! - exclamó al recordar verlo casi sobre él.
__ No me estaba besando. Lo intentó, pero no es algo que deba preocuparte.
__ Soy tu esposa, no me puedes pedir que no le tome importancia. - se enojó aún más.
__ A ver Sara, eres mi esposa y pese a que esto no inició de buena forma, no he tocado, ni pretendo tocar a nadie que no seas tú. - dejó claro para que no se hiciera cuentos. - No porque no pueda, sino porque a la única que quiero todo el tiempo sobre mí y bajo mi cuerpo para follarla cuántas veces se me antoje es a tí ¿entendido?
__ Deberías solo pedir disculpas, no decir que...
__ ¿Y de qué me sirve pedir disculpas