ADELAIDA:
Sonrío al ver la cara de Raizel cuándo observa todo lo que compré.
—¿Qué pasa?
Le pregunto en un murmuro.
—No, nada.
Dice y alzo las cejas.
—¿Seguro?
Pregunto sonriendo.
—Mmm ¿Vas a necesitar todo eso?
Me pregunta asiento.
—Es ropa para los dos… ¿Compré demasiado?
Pregunto con inocencia y él niega.
—No, claro que no.
Responde de inmediato y yo sonrío colgándome de su brazo con una sonrisa.
—Bien, entonces es hora de irnos.
Digo muy emocionado por conocer la manada y este sonríe.
—¿Te emociona conocer mi manada?
Pregunta sin dejar de mirarme.
—Como no tienes idea.
Digo y Raizel gruñe bajito tomándome de la cintura y acercándome a él.
—No veo el momento para presentarle a todos mi luna y nuestra futura cacharra.
Dice llevando una de sus manos a mi vientre y lo miro embobada.
—¿Vas a marcarme?
Le pregunto sin dejar de mirarlo y este me mira sorprendido.
—¿Ya quieres que lo haga?
Susurra en mi cuello aspirando mi aroma.
—Marla me estuvo explicando… Así que sí…
Susurro tragándome