Capitulo 32. Un milagro bajo la tormenta.
Capitulo 32. Un milagro bajo la tormenta.
Por mucho que me lo negué a mí misma mi barriga siguió creciendo y lo que antes fueron hormigueos y burbujitas ahora se habían convertido en patadas, unas patadas que me hacían recordar que alguien tan chiquitito estaba creciendo dentro de mí.
Nunca había llegado a pensar y ni siquiera a imaginar que yo pudiera ser madre tan joven. Hasta hace no mucho tiempo ni siquiera me habían besado y menos algún hombre me había dirigido la palabra.
Pero las vueltas del destino hacen que todo cambie de un día para otro. Y ahora estoy aquí embarazada de unos ocho meses y medio.
Tampoco puedo saber con seguridad si es de un poco más o un poco menos ya que hay ciertas partes de mi vida que están en mi mente nubladas.
Me he intentado explicar a mí misma que es por los traumas sufridos.
Así que mi pequeño bebé no debe de tardar mucho en llegar a este mundo.
Lo único que me preocupa es que el barco llega en unos días, y ojalá me diese tiempo para pod