Adrián Sokolov
Me estaciono en un laboratorio seguro y confiable, salgo y Marie me mira confundida.
—¿Qué hacemos aquí? —pregunta.
—Para hacerte una prueba de embarazo —digo abriendo su puerta.
Ella abre los ojos y se pone pensativa, de seguro analiza que no pensó en que podría estar embarazada.
No dice nada y sale del auto. Una chica en la recepción me sonríe y Marie la fulmina con la mirada.
Aunque no se que somos, solo la pasamos bien, y se que ella siente lo mismo que yo.
Después de hacer una cita, pasamos ya que es nuestro turno. Le hacen unas preguntas y luego proceden al exámen de sangre.
Después de unos 15 minutos nos entregan la prueba y Marie está nerviosa, yo normal. Sería lo mejor del mundo, tener un hijo con Marie.
—¿La abres tu o yo?