Vamos camino a casa del hospital, gracias a Dios, todo salió bien, solo fue un desmayo.
—¿Que quiere la reina cuando llegue a casa? —pregunto mirando por el retrovisor.
—Descansar un poco, cariño —contesta ella desganada.
—Bien amor —digo fijando mi vista al frente. El camino volvió hacer silencioso.
Llegamos a casa y los niños nos reciben con globos y pastel caseros.
—Los extrañé —dice Elisa abrazándonos y besando la pansita de su mamá.
—Nosotros igual, princesa —digo cargandola en mis brazos.
–Los extrañé yo también —dice Isaías abrazando a Marie.
—Que bueno que llegaron —dice Lorent entrando a la sala.
—Si, todo está bien —dice Marie sonriendo.
Decidimos comer la comida que preparó Lorent, para que Marie luego vaya a descansar.