Emely avanza por los bellos jardines, rozando sus manos con algunas de las flores. El día ha amanecido realmente hermoso, el sol está radiante y ni hablar de la fresca brisa que sopla en su rostro, causándole un agradable hormigueo en las mejillas. No recuerda cuando fue la última vez que salió a dar un paseo por esos campos.
—¡Emely! Linda, no puedes estar aquí —sisea Lottie, parece muy angustiada cuando avanza hacia ella para tomar su mano. —. Ven conmigo.