Kim, camina hacia Gabriela y los ve profundamente dormidos. Angustiada por lo que pueda suceder, acaricia el rostro de su hijo que sonríe ante el contacto.
‘No puedo poner más en riesgo a mi hijo. Él debe vivir una infancia normal y no, una que desde antes del nacimiento, era perturbadora para él. Necesito saber que está a salvo. Solo así, podré decir que en esto, al menos fui una buena madre que prioriza la seguridad de su hijo.’ murmura Kim mentalmente.
— ¿Qué sucede, Kim? — pregunta Gabriela y Kim respira profundo para no sucumbir a las lágrimas que mostrarían su agonía.
— Tendrán que seguir las vacaciones en otro lugar.
— ¿A qué te refieres? — pregunta Gabriela.
— Ya mordieron el anzuelo y por ello, necesito que estén en un lugar seguro.
— ¿Sabes quién la salvó?
— Un ex mío. El mismo que intentó quemarme viva cuando tenía a Asher en mi interior.
— ¿Tienes sentimientos por él?
— No, ahora solo puedo sentir odio hacia él. Él es una persona que creí lejos de mí vida. Pero, es evi