El viaje ocurre en silencio cuando llegamos a Irlanda y yo respiro profundo, sintiéndome feliz de llegar a la ciudad donde estuve secuestrada por los Delacroix, pero, ahora, ya no pueden tocarme.
Ahora era libre y eso, hacia que disfrutara del lugar, cosa que no hice en el pasado. Alessandro, toma mi mano y juntos, caminamos hacia el auto que nos lleva al lugar donde vamos a dejar al señor Bill desde ahora.
Habíamos intentado no divulgar esa información a la prensa. Pero, los flashes que nos disparan desde la sala de espera que muestra como llegan y se marchan los aviones, nos dice otra cosa. Respiro profundo y subo al auto, manteniendo siempre la mano de Alessandro con la mía.
Se había abierto a mí y había aceptado mi ayuda, pero, no podía distraerme. Alessandro es de los que al menor descuido, se cierra por completo y llegar a su vulnerabilidad, sería más complicado.
Como animales hambriento por la presa, van detrás de nosotros, ignorando el dolor que sentimos por la pérdida del señ