El accidente había dejado varios muertos. En el auto, escasamente se podía ver a alguien con vida, Mientras Alessandro avanzaba a gran velocidad, acortando la distancia a diez minutos del accidente, los hombres que lo habían causado, celebraban el duro golpe que iban a informar a su jefe.
Ellos, llamaron al teléfono personal de su jefe que había quedado en el auto volcado. El ruido, era insistente mientras los hombres movían los últimos cuerpos del accidente.
— ¿Alguien tiene un teléfono? — pregunta uno de los hombres.
— Creo que es uno de los muertos.
— ¿Contesto?
— Busca el teléfono si puedes y tienes tiempo.
— Lo hay, no tenemos más que hacer y la policía ni se escucha.
— Bien.
El chico curioso entra al auto y toma el teléfono que contesta después de una tercera llamada.
— Jefe, hemos acabado con la mujer.
— ¿En serio? — pregunta el chico.
— ¿Quién habla?
— Quien levantó el cuerpo de Augustus Delacroix, ¿sabes que significa eso?
— No es posible.
— El hombre que lo mató, irá por