La mujer se detuvo de inmediato y giró la cabeza. En cuanto sus ojos se encontraron con los de Brandon, saltó del hombre y, apresurada, agarró un edredón para cubrir su cuerpo desnudo.
Brandon sintió su corazón romperse.
—¡Edith! ¿Me estás engañando? —exclamó, sin poder creer lo que veía. Durante añ