—Tengo que darte las gracias por estar presente Rodrigo.— Dijo Ariadne. Pero después señaló la puerta de salida, —Pero creo que ya es molesto de que te vayas.
—Ariadne... Al menos podemos hablar un par de minutos con respecto a tu...— Rodrigo señaló el vientre de ella, —A ese bebé que llevas en tu interior.
—No te preocupes por el bebé. Evidentemente yo puedo salir adelante por mi cuenta y si quieres ayudar, que sea bienvenida esa ayuda.— Aclaró ella, —Pero olvídate de que existe o que va a existir un nosotros.
—Ariadne, ¿Enserio me estás sacando de tu vida así?
—¿Qué quieres que haga? ¿Es que pretendes que me meta a vivir contigo así como si nada?
—No me refiero a eso. Pero creo que debemos estar unidos por ese bebé.
—Eso es lo único que tristemente nos va a unir de por vida. Pero eso no significa que nosotros dos vayamos a tener una relación sentimental.— Aclaró Ariadne llena de seriedad, —Ya sácate esa idea de la cabeza.
—Yo desde hace un par de días empece a sentir cosas por ti y