Mundo ficciónIniciar sesiónDesde detrás de la ventanilla del coche, Alan vio a Serli y Aldo parados frente a una pequeña panadería que esa tarde estaba llena de clientes. Se rieron, compartieron pan caliente sacado de bolsas de papel marrón, con los rostros radiantes, como si el mundo les perteneciera sólo a ellos dos.
La sonrisa de Serli, que normalmente sólo le mostraba a Alan, ahora se amplió a otras personas. Y eso hizo que se le oprimiera el pecho.Sin pensarlo dos veces, Alan cerró la puerta del auto, con pasos rápidos y mirada aguda. Atravesó el pequeño camino que separaba el estacionamiento de la tienda, ignorando la bocina de un automovilista que casi lo atropelló. A él no le importa. Lo único que le importaba era Serli y el hombre que estaba demasiado cerca de él."Cariño", llamó Alan, en voz baja, sonando tranquila, pero debajo había una ira burbujeante que aún no había explotado.Serli y Aldo volvieron la cabeza al mismo tiempo. La expresión de Serli cambió de a






