Embarazada Del Magnate
Embarazada Del Magnate
Por: Milagros Flores
Capítulo 1

—Llegaras tarde. —advirtió mi madre mirando su mano derecha en donde se encontraba su reloj.

—Entrare un poco tarde el día de hoy.—le informe mientras preparo mi bolso— Iré al ginecólogo. —le hice saber.

—¿Has sacado turno con Corinne? —pregunto.

—No, ha salido de vacaciones. Por esta vez iré a otro ginecólogo —Al terminar la observé —, que se encuentra al otro lado de la ciudad.

—¿Chequeo diario? —pregunta.

—Me pondrán el Diu — solté la bomba esperando su reacción que para nada buena será.

—Hija piénsalo, es un paso muy grande el que quieres dar. Por el amor de dios.

—Ya lo tengo decidido, agradece que me pondré el Diu y que no será la ligadura de las trompas de Falopio.

—Todavía no entiendo cómo es que no quieres tener hijos. ¿Siempre pondrás de escusa tú trabajo? —pregunto negando la cabeza.

—Será porque no tengo tiempo. No quiero hijos —pause—, me iré yendo, saluda a papá de mi parte.—dije saliendo de la casa de mis padres.

No debería de haber venido, me debería de haber quedado en mi casa si sabía perfectamente como reaccionaria mi madre.

Mi madre más que nadie sabía que ser madre no estaba en mi lista de cosas por hacer, lo que si sabía es que estaba más que descartado.

Abrí la puerta del auto, subí y en el asiento del acompañante dejé mi maletín junto a la bata del trabajo.

Luego de unas horas de viaje ya me encontraba estacionado en el hospital, aparqué el auto y baje, llevando los documentos en mi mano izquierda con suma delicadeza. Camine hasta recepción en donde se encontraba una enfermera.

—Buenos días.—apoyé mis papeles sobre la mesa.— Tengo turno con el ginecólogo.

—Buenos días. ¿Su apellido es? —pregunto tecleando en la computadora.

—Welsh... —me interrumpió apenas dejé salir mi apellido.

—La estábamos esperando señorita Welsh. —dice levantándose.— Acompáñeme por favor.

Tomé mis papeles y empecé a caminar detrás de ella, íbamos pasando varias puertas hasta que nos detuvimos en la última puerta del pasillo. Tocó suavemente dando dos golpes y del interior se escucho un simple, pero agradable "Adelante."

—Doctor Esteban la señorita Welsh ya se encuentra aquí. —se hizo a un lado para que yo me adentre en el interior del consultorio.

—Señorita Welsh la estábamos esperando. Pase al baño ahí encontrará una bata, póngasela y luego tome asiento que en un momento la atenderé. —asentí.

—Gracias. —deje los papeles sobre la mesa y me diriji hacia el baño, me cambie, deje mis cosas allí y salí. Tome asiento tal y como había dicho.

A los 10 minutos regreso.

—Antes es necesario saber que todo esta bajo control, seria un simple control.

—Bueno. —contente con normalidad ya que este mismo procedimiento hacía mi ginecóloga.

Este tipo de cosa no me gustaba para nada, odiaba con mi vida el saber que una persona que no conocía ni tenía relación este tocando mi vagina. Solo seré los ojos y deje que todo pasara hasta que sentí que insertaba algo en mi interior que no dolía, simplemente era molesto.

Luego de unos minutos hablo;

—Listo, señorita Welsh. —dijo sacándose los guantes de látex. — Terminamos.

Deje soltar un suspiro de alivio. Cuando estaba por preguntar cada cuanto me tenía que hacer el chequeo para saber si todo se encontraba en orden la enfermera entró corriendo al consultorio.

—Doctor lo necesitan urgente en el quirófano.

—Señorita Welsh, debe reposar unos minutos antes de irse. Lamento el inconveniente, me retiro. Vuelva a los 15 días para controlar que todo esté bien.

No llegue ni a responder ya que se había ido corriendo.

Sabía perfectamente que no pensaba pisar en mi vida este lugar, luego de unos minutos de reposo me diriji nuevamente al baño para cambiarme, al salir ya lista me diriji en busca de mis papeles para poder ya largarme de este maldito hospital.

Menos mal que decían que este hospital era muy bueno, que atendían de lo mejor. El hospital y la atención eran excelentes. Espero y no se note tanto mi sarcasmo.

Me diriji hacia el auto, apagué la alarma y me subí. Tenía que tomar la autopista para llegar rápidamente al hospital.

No me quedaría de otra que esperar a mi ginecóloga que regresaría de su viaje dentro de tres semanas.

No tarde mucho en llegar al hospital, al estacionar bajé como alma que llevaba el diablo. Todo lo que había hecho en mi mañana había sido una pérdida de tiempo.

Mientras iba caminando por el pasillo del hospital aproveche y me empecé a poner la bata y el estetoscopio. A medida que iba caminando iba recibiendo saludos de mis pacientes al igual que de alguno que otro colega.

—DOCTORA WELSH LA NECESITAN EN QUIRÓFANO. —ese fue mi llamado para empezar a correr hacia el quirófano.

Yo era Aura Welsh una mujer de 28 años que había estudiado la carrera de Doctora General y Médico cirujano.

Mi vida se basaba en estar en solo dos lugares. De mi casa al hospital y del hospital a mi casa. Era agotador, pero amaba lo que había elegido.

Mis días de descanso los pasaba en lo de mis padres. Aunque eso solo pasaba una vez a la semana. Especialmente los lunes, ese día era de nosotros en donde los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas eran de pura charla y risas. Algo que amaba, amaba pasar un día entero con ellos.

Mi vida amorosa tenía nombre y apellido; Liam Thompson.

Llevábamos una relación de 2 años. Él había estudiado lo mismo que yo, por eso no nos preocupábamos. Él es mi colega, nos cruzamos diariamente por los pasillos del hospital. Era él único que me entendía en lo laboral. Sabía lo agotador que podía llegar a ser esta carrera.

Esto fue solamente un breve resumen de mi vida.

En realidad, es un poco más complicada, pero eso lo verán con el tiempo. Ahí se darán cuenta de que verdaderamente no lo es, para nada.

Como un sabio dijo;

"Tiempo al Tiempo".

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