33. Capítulo: "La Propiedad"
—¿No es mucho? Ya te comenté que mi madre no es una mujer que va a estar pendiente de las cosas materiales o de las que se fijan en todo lo que le vas a dar. Habría sido suficiente con un detalle pequeño y sencillo, ella es así.
—¿No me dijiste que debía sorprenderla?
—No, no lo hice.
—En todo caso son regalos, sé que a todas las mujeres les gustan los cosméticos y cremas para el cuidado de la piel.
—¿Y qué me dices del perfume y todos esos accesorios? Pareces que has comprado toda una joyería.
—¿En serio te molesta tanto que haya adquirido muchas cosas para darle a mi suegra?
—No podría llamarlo enfado pero sí me siento bastante incómoda y más cuando nosotros lo que no tenemos no es real.
—Aquí no es importante si nos hemos casado por amor o no. Vamos a dejar que el tiempo haga su trabajo. ¿Estás segura de que vive por aquí? —le cuestionó observando la zona.
—Sí, lamento mucho decirte que no es una residencia o una zona exclusiva.
—No tengo problema en conducir por aquí —reso