Walter estaba irritado y se alejó empujando a Manuel.
Manuel contempló la espalda de Walter y sonrió: —¿Acaso te he descubierto y ahora te sientes culpable?
Walter no se giró.
Subió al coche y este se alejó rápidamente.
Manuel se desplomó en un banco, soltando unas carcajadas despreocupadas y desenfadadas.
Walter conducía a gran velocidad.
La confusión y el disgusto parecían querer absorberle, incapaz de calmarse.
Después de un rato, detuvo el coche a un lado de la carretera.
Walter abrió la puerta y bajó.
Apoyado en el coche, las palabras de Manuel retumbaban en su cabeza:
"¿Acaso te he descubierto y ahora te sientes culpable?"
"En realidad, te has enamorado de Mariana, pero tú mismo no lo has notado."
"Walter, pregúntate sinceramente, ¿de verdad amas a Jimena?"
Al recordar esas frases, Walter se sentía muy inquieto, incapaz de serenarse.
Él solía mantener una actitud tranquila y serena, pero últimamente, incluso los más pequeños asuntos parecían afectar a sus emociones.
Walter sacó u