Walter parpadeó, sorprendido al ver a la mujer frente a él. Sin pensarlo, la abrazó por la cintura, acercándola a su pecho.
—Gracias por amarme —dijo Mariana, envolviéndolo en un abrazo suave.
—Mariana, quien debería dar las gracias no eres tú. Soy yo quien te agradece por elegirme con tanta determinación —respondió Walter, acariciando su cabello antes de mirar hacia Leo.
Los policías no podían acercarse. Leo estaba en un estado de alerta total, todavía quería escapar. O quizás... estaba ganando tiempo, esperando que alguien de la Ciudad de Fantasía viniera a rescatarlo.
—Yago, ¿has pensado en algo? ¿Qué hacemos con esto? —preguntó Yahir, sacudiendo el brazo de Yago.
—¿Viste que se besaron? —comentó uno de ellos.
—¡Estás loco! ¿En medio de todo esto todavía te importa si se besan o no? —respondió César, sin poder creerlo.
En el otro extremo del auricular, Joaquín estaba confundido.
—¿Eh? ¿Qué? ¿Quién se besó?
—¡Dame el chisme! —exclamó Joaquín, ansioso.
Lucía intervino: —¿No estás vien