—¿Vengo a buscarte más tarde? —preguntó Walter de repente.
Abril se sobresaltó. ¡Dios mío! Realmente era raro. ¿Walter ofreciéndose a buscarla? ¿Cuándo había aprendido a cuidar de los demás?
—Cuando oí eso, me pregunté si había oído mal. ¿Mi hijo viene a buscarme?
Walter quedó sin palabras.
—Entonces, nos comunicaremos por teléfono —dijo ella, riendo. Luego se fue, y al cerrar la puerta hizo gestos suaves.
Walter sacudió la cabeza ligeramente.
En el restaurante, Mariana ya había terminado de comer. Todos estaban charlando, algunas personas ya estaban ebrias y no sabían si podrían ir al karaoke después.
Afuera, el cielo estaba oscuro; muchos amigos en las redes sociales habían publicado resúmenes del año. Todos esperaban la llegada del nuevo año.
Tobías también envió un mensaje a Mariana, preguntando si volvería a casa ese día.
Mariana: [¿Adónde ir si no voy a casa? Estoy en la reunión de antiguos alumnos, volveré más tarde.]
Tobías: [Que la fiesta de los jóvenes sea divertida. Llámame