Mariana se quitó la ropa y se sentó al borde de la cama. Tocó el pulso de su abuela y le sonrió.
Abril la miraba, sus ojos reflejaban una ternura indescriptible.
Lorena tomó la mano de Mariana, consciente del valor de su nieta. Era la familia Guzmán la que no tenía suerte, y Walter que no supo apreciar lo que tenía, perdió a Mariana.
Cuando Mariana iba a casarse con la familia Guzmán, muchas personas intentaron detenerla, lo que evidenciaba cuánto amaba a Walter.
Lamentablemente, Walter hizo que Mariana perdiera demasiado.
Lorena recordaba esos días con tristeza por su nieta.
¿Cómo podía ser tan difícil para Walter, cuando tenía en sus manos a un tesoro como Mariana?
—Tía, tienes que estar pendiente de la abuela. Si necesitas algo de mí, daré lo mejor de mí —Mariana sonrió con dulzura a Abril.
Abril asintió; con esas palabras de Mariana, se sintió mucho más tranquila.
Sabía que Mariana había venido con algo importante que decirle a la anciana, así que, discretamente, se despidió y se m