Mientras todos comían tranquilamente, de repente hubo un alboroto en la puerta.
Alguien dijo: —¿Es él? ¿Realmente viene a un lugar como este?
—Seguramente te has equivocado. Está muy ocupado, ¿cómo va a venir a comer aquí? Además, él come manjares, ¿qué es esto?
Mariana levantó su vaso y tomó un sorbo de agua, mirando fijamente hacia la puerta.
Los demás también se asomaron, curiosos por ver quién entraría.
Justo cuando Mariana iba a bajar la mirada, escuchó a alguien decir: —¡Wow, de verdad es Walter!
Mariana se sorprendió.
En el instante en que levantó la vista y vio a Walter, también notó a la persona que lo acompañaba: Aitana.
Vicente mostró una expresión de sorpresa al verlos.
¿Walter estaba realmente con Aitana?
¿Tenían algún asunto de trabajo que discutir?
No era propio de Walter venir a un restaurante tan sencillo; ¿acaso Aitana lo prefería así?
Aitana y Walter conversaban y reían, siendo guiados por un camarero hacia el segundo piso.
Mariana observó con calma hasta que desapar