Mariana detuvo la mano que sostenía la manzana y preguntó con curiosidad: —¿También conoces a Mariposa?
—¿Cómo podría haber alguien que no conozca a La Mariposa? Mariana, no me digas que tú no lo sabes —Yesenia la miró de arriba a abajo, con una expresión que mezclaba sorpresa y una sutil burla.
¿Ella no sabía quién era Mariposa?
¡Era tan famosa!
Oh, claro, era verdad; Mariana no solía comprar joyas.
Mariana sonrió forzadamente. —Sé quién es, ¿cómo no voy a saberlo? Es muy famosa.
—Ay, somos como hermanas, ¿por qué fingir? Si no lo sabes, simplemente dilo —Yesenia se sentó y le preguntó a Mariana—. ¿Quieres que te explique quién es Mariposa?
Mariana no estaba interesada.
—No, gracias.
—Mariana, si conocieras a La Mariposa, entenderías lo bajo que es Joyería de Fantasía. En el mundo de la joyería, ¡solo admiro a La Mariposa! —cruzó los brazos, con una expresión seria—. Si tuviera la oportunidad de llevar una joya diseñada por ella en una alfombra roja, ¡sería realmente impresionante!
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