Keidys estaba sobre su cama leyendo una revista y Alejandra estaba a su lado bastante pensativa, demasiado podría decir, a Keidys le extrañó que no estuviera hablando sobre su rutina o libros como siempre. Llevó sus ojos hasta ella y se sorprendió al ver que sus mejillas estaban acaloradas:
—¿Qué sucede? —preguntó.
—Ay, Keidys… Amiga… Me siento tan rara, estoy tan confundida —respondió. Llevó su mirada hasta ella—, hoy estaba con Gabriel en su biblioteca y pues… en un momento inesperado nos besamos.
—Oh… Se besaron… —Keidys empezó a emocionarse. Amaba la pareja que ellos hacían.
—Sí, estuvimos por un tiempo besándonos ahí, él me recostó a la estantería y hasta por un momento me besó el cuello —recordó el momento cuando entre la ad