Perspectiva de Scarlett
“¿Por qué? ¿Acaso no puedo vengar a una amiga de esos parásitos sin corazón?” Adrián pone los ojos en blanco, como un niño mimado. “¡Mi felicidad amorosa está en tus manos! ¡A tus órdenes, mi señora!”
Me río de su tono de voz exagerado, y él sonríe conmigo. Es increíble pasar tiempo con Adrián. Tiene una energía que me arranca sonrisas, como si las nubes negras de la vida no importaran. Era pura magia de luz.
“En realidad, sí quiero…”
“Me alegra verte recuperada tan pronto después del secuestro,” una voz interrumpe tras un golpe en la puerta.
Mi mandíbula cae al suelo: “¿Abuela?”
De todas las personas que conozco, jamás esperé verla aquí. ¿Cómo supo dónde estaba? Y lo más importante, ¿los médicos le habrán dicho algo sobre el embarazo?
Agarro el brazo de Adrián en pánico, y él entiende lo que siento al instante.
“Las dejaré solas,” me dice recogiendo su saco, bajo el cual esconde mis resultados médicos. Hace una reverencia exagerada. “Hasta pronto.”
La