Alice tenía sus clases de piano con Silco. Scarlett aún prefería llamarlo así. Le resultaba curioso que Lilith llevara a su hija a visitar a Silco, mientras ella se exprimía el cerebro para encontrar algo que hacer y así tener una "contratiempo oportuno" para no acompañarlas.
De esa manera, no podría ocultárselo a Lilith por mucho tiempo, así que cuando Adrián mencionó un viaje en crucero, Scarlett se apuntó sin pensarlo dos veces.
Y así fue como terminó allí...
Congelada frente a una tumbona en la cubierta, con Sebastián recostado a un lado, sin camisa.
El hombre tenía el antebrazo sobre los ojos, cubriéndose perezosamente del cegador sol. Su piel estaba más pálida que de costumbre, y aunque todavía conservaba esos ocho abdominales en los que ponía tanto esfuerzo, se le veía más delgado, como si acabara de salir de una grave enfermedad.
Scarlett fulminó con la mirada a Adrián, quien se encogió de hombros con inocencia, pero con una sonrisa traviesa. ¡Definitivamente sabía que Sebastiá