—Princesa, lo primero que debes aprender es que siempre pagas por lo que compras, no por lo que te venden —Silco extendió su mano, guiando a Scarlett hacia la silla frente a la ventana y sentándola como la reina que quería que fuese, mientras señalaba con la cabeza hacia el escenario—. ¿Una piedra incrustada en un trozo de metal vale 3 millones?
Scarlett lo miró, parpadeando confundida. —¿...No?
Silco sonrió, sin negar ni aprobar. —Para una familia que lucha por mantenerse a flote, definitivamente no. Ni siquiera dudarían antes de elegir el dinero en lugar de ese pequeño anillo. Pero para personas con un apego emocional hacia el anillo y con dinero de sobra, digamos alguien como... ¿Ava Fuller?
—Entonces ella estaría pagando por el anillo de su ser querido, no por una piedra en un trozo de metal —asintió Scarlett, comprendiendo la lógica de Silco mientras seguía su razonamiento.
Silco le dio una sonrisa alentadora y una suave caricia en la cabeza. —Esa es mi chica.
Era realmente tonto,