—¡Scarlett!
Scar se marchó cuando los Fuller arrastraron a Sebastián. Para cuando él logró alcanzarla, ella ya estaba junto a un lujoso automóvil negro esperando justo fuera de la puerta de los Fuller.
Scarlett no iba a esperarlo hasta que Sebastián apresuró unos pasos y metió sus dedos entre la puerta medio cerrada.
Si tenía que ser honesto, le sorprendía que Scarlett no le cerrara la puerta en los dedos. Pero ella se mostró visiblemente impaciente ante su manera de detenerla.
—Nunca te conformas con lo que tienes en el momento, ¿verdad? —dijo fríamente, parada detrás de la puerta.
Sebastián sintió como si esa puerta fuera la distancia más lejana del mundo. Un resoplido frío salió del auto. Sebastián lo escuchó, en el asiento trasero estaba ese hombre enmascarado, Silco. Ese nombre lo molestaba, sabía que ese hombre estaba usando a Scarlett, si no estaba jugando con ella también. Investigó a ese tipo y no encontró nada. ¡Nada! Eso no era normal, y no estaba al nivel de los recursos q