~ Scarlett
Damian Vanderbilt levantó una ceja con desprecio y me miró con una sonrisa burlona:
—Me gustó tu discursito, pero que dejes que él te toque tan fácil dice más que tus palabras.
¡Maldito idiota! ¿Qué le pasa?
Quise apartar a Sebastián, pero no podía decidir a quién odiaba más en ese momento: a ese hombre arrogante que cayó en la trampa de Ava y parecía una víctima, o al otro hombre arrogante que decía estar libre de ella, pero igual era una víctima patética.
—No es asunto tuyo —le dije a Damian, mientras tiraba la mano de Sebastián. No era muy buena idea tener dos tipos poderosos de enemigos al mismo tiempo, pero ya era enemiga del mundo entero, así que no importaba— Si algún día caes en la trampa de una cualquiera, es porque primero fuiste un mujeriego.
La mirada de Damian se volvió más penetrante, y su tono se puso amenazante:
—¿A quién llamas cualquiera?
—A cualquiera que lo sea—le contesté sin miedo.
—Niñita... —se acercó Damian, y Sebastián me puso detrás de él. Pero an