No era que Scarlett quisiera admitirlo, pero ese idiota tenía una voz realmente agradable. En lugar de la pureza que la dulce y clara voz infantil de Alice le daba a la canción de cuna, su voz ronca transmitía una sensación más segura. Mágicamente, el poder masculino incrustado en una canción tan suave, de alguna manera, la hizo más reconfortante.
Quizás ese era el poder que debía tener una canción de cuna: la seguridad proporcionada por los padres.
—Oye, ¿cómo te sientes, pequeña? —Damian tocó suavemente la barbilla de Scarlett con un dedo curvado, y su voz resonó con algo profundamente escondido en la memoria de Scarlett, como si alguna vez hubiera existido un niño pequeño cuya voz compartía apenas un mínimo rasgo con la de Damian, pero exactamente el mismo tono cuando la miraba desde arriba, justo como en ese momento, y la llamaba "pequeña".
El episodio había terminado, pero los ojos de Scarlett permanecían muy abiertos, como los de un animal asustado mientras demasiados recuerdos y