Cap 64. La llegada a Lirven
El amanecer sobre Lirven no trae esperanza.
El cielo está cubierto por un velo de nubes oscuras, pesadas, como si la misma naturaleza se rehusara a presenciar lo que está a punto de suceder.
Alejandro y su gente observan la ciudad desde una distancia prudente. Más allá de esas piedras antiguas y resistentes, yace el último obstáculo antes de la paz. Más allá, yace también el peligro más letal de todos. No encontraron obstáculos en el camino, así que temen que les espere un brutal recibimiento.
Alejandro, montado en su corcel de guerra, recorre las filas en silencio. Su mirada es afilada. Cada músculo de su cuerpo tenso, preparado para la brutalidad que se avecina. A su lado, Eleonora permanece firme, aunque en su interior una tormenta de ansiedad golpea su corazón.
Ellos saben que esta no será una batalla rápida. Ni limpia. Será un baño de sangre. Una lucha por cada pulgada de tierra. Una prueba final de resistencia.
Cuando el cuerno de guerra suena, el mundo parece contener el alient