No tengo idea de lo que debería o no decir ante lo que estoy viendo, después de todo, mi intimidad está sucia y muy mojada para que él beba el chorro que sale de mi fuente de líquido llamado vagina.
‘Eso no fue orina y como siento tu cuerpo, estás lista para tener más que solo un sexo casual con tu esposo.’ Dice Lía.
— Querida…
— No me digas algo más, por favor. — digo cubriendo mi rostro.
Lucifer, besa mis manos y yo intento apartarlo, por lo que, él comienza a hacerme cosquillas para que aleje mis manos y lo que hace es hacerme reír de forma poco delicada mientras me muevo como un gusano adolorido.
— ¡Detente, por favor! — imploro angustiada.
— Si no quieres mirarme, entonces, tengo que recurrir a otras medidas. — dice Lucifer y yo cubro mi rostro nuevamente.
— Esto es muy vergonzoso, así que, por favor, no me hagas mirarte.
— Bien, recurriré a mi plan maestro. Uno que disfruto mucho. — dice Lucifer y de inmediato, me hace abrir los ojos grandemente al sentir como se coloca