La satisfacción me invaden al ver como él se queja del dolor y retrocede cayendo, por lo que, sin dudarlo un solo momento, salgo de mi escondite y con mi hacha en mano golpeo hacia su pecho, pero, él se gira y el hacha queda incrustada en su brazo justo debajo de su codo.
El grito es fuerte y desgarrador, pero, el resultado no es placentero para mí, ya que, veo como el hueso no se desprende ante el corte y por eso, debo hacer fuerza para sacar el hacha de su brazo.Sé que debe estar odiándome mientras se sorprende por ser más inteligente que él, pero, mi venganza no llega hasta aquí al recordar que incluso pensaba follarme con su arma. Es por eso, que mientras él se queja del dolor, yo agarro las cadenas que coloco alrededor de su cuello para cortarle la respiración mientras lo arrastro hasta donde estas se encuentran atadas.— Maldita…— ¿Loba? ¿Bastarda