Punto de vista de Lino
Crucé los brazos sobre el pecho, con la mirada fija en las pantallas que tenía delante.
Cada centavo, cada fragmento de vídeo, cada nota, era examinada bajo mi atenta mirada.
La habitación estaba en silencio, salvo por el suave zumbido de los aparatos electrónicos y el ocasional crujido del papel mientras revisaba las pruebas de mi última aventura.
La puerta se abrió con un suave golpe y asomó la cabeza de mi asistente. "Hola, señor. Su madre está aquí", dijo con voz cautelosamente neutral.
Fruncí el ceño, frunciendo el ceño. "Déjala entrar", ordené, sin que mi voz dejara lugar a réplicas.
Lady Kiara entró en la habitación con paso de gato, su presencia tan imponente como siempre. Vestía un traje a medida de un verde esmeralda intenso, color que acentuaba sus penetrantes ojos verdes.
El traje estaba cortado a la perfección, ceñido a su figura en los puntos justos, con una falda que terminaba justo por encima de la rodilla, realzando sus tonificadas pantorrillas