16. ABUELA CHARLOTTE.
—¡Mamá! Qué gusto verte —la saluda Sarah, abrazándola con emoción, casi al borde del llanto.
—¡Oh, mi vida! Mira que hermosa estás. Te sienta muy bien el embarazo, hija —la mamá de Sarah, la separa para contemplarla y le acaricia la barriga—. ¿Cómo está mi nieta hermosa?
—Gracias, mami. Está muy bien, todo ha seguido de maravilla con ella —Charlotte mira al hombre y al niño que están al lado de su hija, observando gustosos el encuentro de las dos&mdas