Mundo ficciónIniciar sesión。 ٬٬⌠ Claudia ⌡‧₊˚
El pitido constante de las máquinas era lo primero que escuchaba cada mañana. El olor a desinfectante, las luces blancas que parecían no apagarse nunca, la textura áspera de las sábanas hospitalarias… todo me recordaba que estaba viva, pero también que seguía marcada por la pesadilla de la que apenas había escapado. Mi cuerpo aún dolía; cada movimiento me recordaba las manos que me habían sujetado, los golpes, las noches interminables de miedo.
Me habían rescatado, sí, pero la sensación de encierro no se había ido. Era como si mi piel conservará la memoria de cada atadura. Cuando intentaba dormir, las sombras en las paredes se deformaban y volvían a tomar la forma de Lorenzo, de Tomasso, de Anastasia.







