Por Evangelina
-Te juro que me están incomodando estas dos.
Me dice Ingrid por lo bajo.
-Estoy de acuerdo.
Le contesto normal.
-¿Candela se queda a dormir en la casa de Nahiara?
-Sí, ¿Te acordás cómo disfrutamos nosotras cuando hacíamos eso?
-Sí, aunque al otro día, si teníamos clases, estábamos muertas de sueño, porque apenas dormíamos.
Sonreímos recordando los tiempos de nuestra adolescencia.
-Sí, definitivamente es un infeliz, pero por suerte me pagó todos los gastos de la clínica y me llevó a una buena, no como la otra vez, que el otro infeliz me dio lo justo y caí en un lugar que era una carnicería, él hasta se quedó para acompañarme, se quería asegurar que me lo iba a sacar, aunque hacía bastante que me había cortado, hasta me acompañó a mi departamento y me dejó algo de dinero, estaba mal, creo que no esta de acuerdo con los abortos, y aunque no cree en mí y en ese momento él me aclaró que lo hacía solo por empatía, que palabra de mierda, no sé bien que quiso decir, pero era